viernes, 27 de enero de 2012

La beduina

La beduina
Un día viajé a un oasis, invitado por un viejo amigo. Me tumbe de espaldas sobre una pequeña alfombra; quería dormir; pero no conseguía conciliar el sueño; el aullido de un chacal a lo lejos me lo impedía; entonces me senté. Y lo que había estado tan lejos, de pronto estuvo cerca. El gruñido de los chacales me rodeó; ojos dorados descoloridos que se encendían y se apagaban; cuerpos esbeltos que se movían ágilmente.
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